Proyecto ESPACYPA: decenas de miles de imágenes para conocer mejor las aves de Guadalupe y San Martín

En las Antillas francesas, la caza es una actividad regulada para evitar el declive de las poblaciones de ciertas especies de aves. Sin embargo, en Guadalupe y Martinica, la gestión de la caza se enfrenta a un reto importante: el desconocimiento de la ecología y la dinámica poblacional de determinadas especies de aves cinegéticas. Estas lagunas dan lugar a conflictos recurrentes entre los cazadores y las asociaciones de protección del medio ambiente. No obstante, ambas partes están de acuerdo: es urgente recopilar información fidedigna que permitan una gestión racional de las especies cinegéticas.

El proyecto ESPACYPA responde a la necesidad de conocer mejor las especies de aves cinegéticas. Su objetivo es establecer un seguimiento riguroso de varias especies de aves de interés cinegético en los territorios afectados (Guadalupe, San Martín y Martinica). Más concretamente, se trata de conocer la distribución espacial, la dinámica temporal de la reproducción y la dinámica poblacional de varias especies de aves (véase nuestro primer artículo), mediante el uso de métodos y protocolos bien establecidos y comprobados en el marco de proyectos anteriores.

 

Los primeros datos recogidos en Guadalupe

El proyecto lleva casi un año en marcha en Guadalupe y ya se ha instalado un gran número de dispositivos de medición, gracias, sobre todo, a la contratación de Bryan Leborgne, técnico ornitólogo totalmente dedicado al proyecto, y con la ayuda de Christopher Cambrone, especialista en métodos de seguimiento de aves en Guadalupe.

Una cámara trampa y una grabadora acústica fijadas a un árbol.

Se colocaron trampas fotográficas en todo el archipiélago, en lugares seleccionados para tener una representación equilibrada de los diferentes tipos de bosque. Un total de 59 sitios en las dos islas principales de Guadalupe, así como ocho sitios en Marie-Galante y tres sitios en Désirade, fueron equipados con cinco cámaras trampa cada uno. Estos dispositivos están programados para fotografiar a cualquier animal que pase por delante del objetivo. Activos día y noche, estos 350 puntos de muestreo permanecieron instalados durante quince jornadas, lo que permitió tomar decenas de miles de fotografías.

El análisis de las fotos recogidas es un reto, dado su gran número y naturaleza. El uso de modelos de aprendizaje automático basados en inteligencia artificial debería facilitar el trabajo. En concreto, el objetivo es poder identificar rápidamente qué fotos incluyen realmente un animal salvaje y, mejor aún, poder identificar automáticamente la especie fotografiada. Para ello, el primer paso consiste en entrenar al modelo, es decir, proporcionarle imágenes en las que las especies fotografiadas ya hayan sido identificadas, de modo que pueda adquirir los conocimientos y habilidades específicos para identificarlas automáticamente por sí mismo.

 

Múltiples métodos de seguimiento utilizados

Las trampas fotográficas son un método pasivo de seguimiento de la fauna. Por ser no selectivas, tienen la ventaja de permitir recoger datos sobre especies que no son el objetivo de estudio. Por ejemplo, muchos mamíferos depredadores (mangostas, ratas, mapaches, gatos, perros) aparecen en las fotografías, lo que permite comprender mejor su relación con las poblaciones de aves a las que pueden afectar.

Para estudiar la reproducción de las especies, las trampas fotográficas son menos eficaces pues se observan pocos juveniles. En cambio, el estudio de los cantos de las aves mediante grabadoras acústicas debería permitir comprender mejor el periodo de reproducción de estas especies, que vocalizan más intensamente en esta época. El estudio de los nidos sobre el terreno proporcionará observaciones más directas.

También basado en el canto de las aves, se utilizará un método activo: el seguimiento mediante puntos de escucha. Se trata de recorrer rutas predeterminadas y contar los individuos vistos y oídos en función de su canto, directamente sobre el terreno. Este método ya se probó durante una misión a San Martín en el marco del proyecto, que permitió censar la paloma aliblanca (Patagioenas corensis), una especie exótica en la isla. Los datos recogidos sobre el terreno y en la bibliografía se publicarán próximamente en un artículo científico, que documentará la llegada de la especie a San Martín hace poco más de diez años y su expansión desde entonces.

 

Perspectivas para Guadalupe y Martinica

La recogida de datos sobre el terreno, aunque ya impresionante, está aún en sus primeras fases. A partir de diciembre, se instalarán de nuevo cámaras trampa en Guadalupe para una segunda ronda de recogida de datos, esta vez junto con grabadoras acústicas. Los demás métodos de seguimiento detallados anteriormente se irán introduciendo gradualmente.

Patagioenas squamosa © Postdlf

Como novedad interesante, el proyecto prevé el seguimiento por GPS de dos especies, la paloma coronita (Patagioenas leucocephala) y la paloma isleña (Patagioenas squamosa). Pronto comenzarán los análisis de comportamiento en la pajarera para asegurarse de que los animales se adaptan al dispositivo de seguimiento GPS con el que irán equipados.

El proyecto, ya muy avanzado en Guadalupe y San Martín, se pone en marcha ahora en Martinica. Se utilizarán las mismas especies y los mismos protocolos. Pronto se contratará a un responsable del proyecto, que podrá empezar a instalar las trampas fotográficas y los registradores acústicos que ya se encuentran in situ.

El proyecto ESPACYPA, ambicioso por los datos recogidos y los nuevos conocimientos adquiridos sobre la biodiversidad aviar de Guadalupe y Martinica, destaca también por la riqueza de la colaboración entre los distintos agentes locales. Investigadores, organismos de protección del medio ambiente y cazadores participan en un objetivo común de conservación de la biodiversidad.

 

 

Este proyecto cuenta con el apoyo financiero de la Fédération Départementale des Chasseurs de Guadeloupe y el DEAL Guadeloupe (a través del Plan France Relance) en Guadalupe, y de la Fédération Départementale des Chasseurs de Martinique y el DEAL Martinique en Martinica.