¿Y si escuchar el bosque pudiera ayudarnos a proteger a sus habitantes más esquivos? En Cuba, una pequeña rana con un rango de distribución extremadamente limitado —Eleutherodactylus bartonsmithi— se ha convertido en el centro de un innovador estudio de conservación basado en el sonido.

La carretera recientemente construida que atraviesa el bosque del Yumurí. © Sergio del Castillo
La pequeña rana cubana Eleutherodactylus bartonsmithi, presente únicamente en una pequeña zona boscosa cercana al cañón del río Yumurí, ya estaba clasificada como En Peligro Crítico de Extinción. Pero tras un potente huracán y la construcción de una carretera de 4,5 km a través de su hábitat, los científicos temieron por su supervivencia. Para evaluar la situación, la estudiante Mariam Curbelo Cruz, apoyada por Caribaea Initiative, lideró un estudio utilizando una técnica no invasiva: el monitoreo acústico pasivo.
Estudiar la biodiversidad a través del sonido
El monitoreo acústico pasivo consiste en colocar grabadoras de sonido en el campo para captar los sonidos naturales durante largos periodos. Estos dispositivos registran todos los paisajes sonoros circundantes, incluidas las vocalizaciones animales. Luego, los datos se analizan para identificar especies específicas o evaluar su nivel de actividad.
Varios proyectos dirigidos o apoyados por Caribaea Initiative han estado utilizando estas herramientas recientemente. Por ejemplo, en el proyecto ESPACYPA, dedicado al estudio de las comunidades de aves en Guadalupe y Martinica, se han desplegado decenas de grabadoras autónomas en distintos hábitats. Estas permiten detectar aves raras o difíciles de observar, monitorear sus patrones estacionales o registrar su distribución. Combinado con otras herramientas como las cámaras trampa, el monitoreo acústico ofrece una forma potente y no invasiva de estudiar la fauna silvestre.
En el estudio de Mariam, se instalaron cinco grabadoras en diferentes zonas del hábitat conocido de la rana, operando durante tres meses distintos (febrero, junio y octubre).
Resultados y observaciones

Mariam Curbelo Cruz ajustando una grabadora acústica durante el trabajo de campo en Cuba.
El análisis reveló que la actividad vocal de la rana alcanzó su punto máximo en octubre, especialmente al amanecer entre las 5:00 y las 7:00 a.m., cuando los machos formaban poderosos coros para atraer a las hembras.
De forma sorprendente, los niveles más altos de actividad se registraron cerca de la carretera recién construida. Esto sugiere que la especie podría ser más tolerante a la perturbación del hábitat de lo que se pensaba anteriormente, o que los hábitats en los bordes podrían ofrecer condiciones favorables —una observación que merece mayor investigación.
Esta investigación, basada en los trabajos de Mariam durante su maestría, representa el primer uso del análisis del paisaje sonoro para monitorear un anfibio en peligro crítico en Cuba. Además de aportar nuevos datos sobre E. bartonsmithi, sienta las bases para futuras acciones de conservación basadas en herramientas acústicas, ya sea para monitorear otros anfibios o especies completamente diferentes en el Caribe.
Referencias
Curbelo Cruz, M., del Castillo Domínguez, S., Machado, L.G., Herrera Rodeiro, A. Mancina, C.A., Bosch, R.A. (2025). A soundscape approach for a short-term acoustic monitoring of a critically endangered Cuban frog. Biodiversity and Conservation, https://doi.org/10.1007/s10531-025-03056-3.
